Pablo Picasso
Ya lo decía el genio Pablo Picasso, "TODOS
LOS NIÑOS NACEN ARTISTAS, EL PROBLEMA ES CÓMO SEGUIR SIENDO ARTISTAS AL
CRECER", o dicho de otro modo, ¿qué hacemos para que nuestra creatividad
disminuya de manera tan significativa a medida que nos vamos haciendo mayores?
Son muchos los elementos que influyen en la
disminución de nuestra capacidad de pensamiento creativo, pero hoy me enfocaré
en unos pocos que podemos identificar en nuestro entorno y tratar de corregir
más fácilmente.
El primer elemento que detiene nuestra
creatividad es el temor y en ocasiones la vergüenza de que nuestras ideas no
puedan prosperar y que inevitablemente nos lleven al fracaso, la sensación que
experimentamos del ¿qué dirán los demás si no tengo éxito con mi idea? Cuando
somos niños no existen estos prejuicios, simplemente manda nuestra imaginación
y lo más lejos que podamos llegar con ella, no nos avergonzamos, soñamos a que
nuestras fantasías se hacen realidad. Tenemos que recordar que el fracaso es un
elemento de aprendizaje que enriquece el proceso creativo, ya que con él
podemos aprender cuáles son las cosas que no funcionan. ¿Conocen ustedes a
algún brillante científico que no haya tenido algunos intentos fallidos antes
de alcanzar su momento EUREKA?
En segundo lugar, los adultos buscamos siempre de
manera exhaustiva la lógica de las cosas, no nos gusta mucho la incertidumbre,
evitamos la ambigüedad, y aplicamos un patrón habitual del pensamiento
basándonos en nuestro aprendizaje y experiencias vividas. Los niños carecen de
esas experiencias y patrones, por lo que su creatividad resulta más fluida.
En tercer lugar, nos cuesta muchísimo salir de
nuestra zona de confort, explorar nuevas experiencias, cosas nuevas. Por el
contrario, los niños quieren experimentar todo lo que para ellos representa una
novedad.
Finalmente tenemos el modo en el que fraseamos
las cosas, quizás en cierta medida debido a creencias establecidas o incluso a
las propias percepciones personales de nuestro entorno. Frases como "yo no
nací para esto", "qué van a pensar de mi si fracaso", "y si
me equivoco...., no, mejor no", "eso no se puede", "si
siempre se ha hecho así por algo será....", “yo no me atrevo”. ¿En alguna
ocasión han escuchado a niños pequeños frasear de éste modo? o más bien somos nosotros
los que a sus preguntas respondemos con un "no se puede". ¿No
sería mejor cambiar dichas frases por otras que no nos limiten y que abran nuestra mente las distintas posibilidades?, un "vamos a
arriesgarnos", "vamos a intentarlo", "de que otra forma
no se ha hecho esto antes", "y si.....".
Creo que al menos vale la pena evaluar cuál sería
el elemento que más influye en nosotros al momento de ser creativos, ya que
quizás al aplicar un pequeño cambio en el modo en que fraseamos o
conceptualizamos nuestro mundo, podríamos alcanzar un gran avance en el
desarrollo de nuestras competencias creativas y el mantenimiento de las de
nuestros hijos.
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